Control estricto: verificación de los parámetros del proceso, muestras de productos terminados y apoyo técnico para garantizar que cada eslabón cumple con las normas;
Detección de problemas: detenerse inmediatamente cuando se detecten anomalías y analizar rápidamente la causa raíz con el equipo técnico;
Mejora continua: optimizar el proceso a través del ciclo PDCA para hacer de "cero defectos" un hábito.